Autora: María Helena Hoyos – Rectora Colegio José Eustasio Rivera
La importancia de los datos estadísticos y personales en la actualidad no está en discusión. Estos se han convertido en el principal cimiento de las buenas decisiones empresariales, lo que a su vez los ha convertido en un activo valioso que cada vez se transa más entre personas y empresas.
A la vez, los datos personales han sido objeto de una minuciosa regulación por parte de los estados, al considerarlos como inherentes a los derechos de cualquier ciudadano, especialmente a la intimidad, libre desarrollo de la personalidad y no discriminación, entre otros.
Las instituciones educativas no han sido ajenas a esa evolución y, partiendo siempre de un indeclinable respeto de la regulación del habeas data, han dedicado importantes esfuerzos para recaudar, conocer y manejar adecuadamente los datos, de manera que los mismos sirvan para tomar decisiones acertadas, sobre todo en materia financiera.
Los datos relacionados con el comportamiento financiero y hábitos de pago por parte de los padres de familia y otros responsables del pago de las pensiones escolares, son una expresión de ese ámbito hacia el cual ha trascendido el tratamiento de los datos personales, en el entendido que el adecuado conocimiento de estos factores, aunque no pueden ser el único criterio, es evidente que sí se convierte en uno de peso para decidir dentro de la libertad contractual de la que gozan las instituciones privadas, si se contrata o no con esa persona.
Lo anterior no supone, desde ningún punto de vista, una sanción contra el padre de familia o una limitación al acceso a la educación por parte del estudiante. Por el contrario, se trata de una herramienta valiosa que le permite a las instituciones educativas sanear sus finanzas y contar con el flujo de recursos necesarios para funcionar de forma permanente, garantizando de tal manera los estándares de calidad del servicio.
Diferentes iniciativas consistentes en recolectar datos relacionados con la historia crediticia, hábitos de pago y demás aspectos relevantes de los deudores han sido implementadas en los últimos años. Algunas de ellas no solo sobreviven sino que se han convertido en herramientas de necesaria consulta por parte de las empresas, por ejemplo de aquellas que prestan servicios públicos, para efectos de establecer sus vínculos contractuales.
Sería de significativa importancia contar con un servicio de esa naturaleza dedicado al sector educativo, que esté diseñado con la sensibilidad propia que supone el manejo del estrecho vínculo existente entre la institución educativa y los padres de familia, y que a la vez le permita a los colegios tomar decisiones acertadas y oportunas, siempre bajo la perspectiva de garantizar un servicio educativo permanente y de óptima calidad.